Del libro poder sin límites de Tony Robbins
Vivir como uno desee: sólo eso merece llamarse éxito. Christopher Morley.
No hay personas perezosas, sino
personas con objetivos impotentes: esto es, objetivos que no les proporcionan
inspiración. Anthony Robbins.
Unos objetivos limitados dan
lugar a vidas limitadas. Así que debe elevar sus aspiraciones cuando disponga a
fijarse objetivos.
Bienvenidos a esta nueva entrada soy Gabriel Ortiz, en esta ocasión quiero hablar sobre la fijación de
metas, me parece un tema sumamente importante porque es algo que casi toda la
gente se plantea en algún momento de su vida, pero es algo que en la mayoría de
los casos se dejan al poco tiempo de haberlas planteado, incluso hay quienes ni
si quiera comienzan a poner manos a la obra en ellas.
Es sumamente importante que todos
nos propongamos metas y objetivos, pero ten en cuenta que unos objetivos
limitados, dan lugar a resultados limitados. Por eso tienes que elevar tus
aspiraciones cuando te plantees fijar metas en tu vida.
El autor Anthony Robbins nos
habla de que antes de plantear tus metas formules en tu mente los desenlaces
que deseas obtener con ellas, para que te sea más fácil lograr ese objetivo.
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Al formular sus desenlaces, siga estas cinco reglas:
1. Describa
el desenlace en estilo afirmativo. Diga lo que le gustaría ver realizado.
Demasiado a menudo, la gente se reduce a expresar lo que no desearía que
ocurriese.
2. Sea
concreto. Defina su desenlace con todos los detalles de vista, oído, tacto
y olfato. Ponga todos los sentidos en la descripción de lo que desea. Cuanto
más sensorialmente rica sea la descripción, más facilita al cerebro la creación
de lo que uno desea.
3. Prevea
un procedimiento de verificación. Prevea lo que verá, sentirá y oirá, tanto
dentro de sí mismo como en el mundo exterior, cuando se haya producido ese
desenlace. De lo contrario podría suceder que el mismo se presentase sin que
usted se diera cuenta. Puede uno ir ganando y creerse perdedor si no lleva el
control del tanteo.
4. Compruebe
la situación. Cualquier desenlace debe ser iniciado y promovido por usted,
ya que no puede esperar a que otras personas decidan cambiar para hacerle
feliz. Asegúrese de que el desenlace elegido refleja cosas en las que usted
pueda influir personalmente.
5. Compruebe
si su desenlace es ecológicamente sensato y conveniente. Proyecte hacia el
futuro las consecuencias de su objetivo actual; el desenlace debe ser tal que
le beneficie a usted y a las demás personas.
Todos tenemos alguna idea de las
cosas que deseamos. Algunas están definidas de una manera vaga: más amor, más
dinero, más tiempo para disfrutar la vida. Sin embargo, para que nuestras
biocomputadoras se pongan en condiciones de crear un resultado, se necesita
algo más concreto que un nuevo coche, una nueva casa o un empleo mejor.
Permítame aclararlo mediante una
sencilla metáfora física. Se trata de un experimento. Póngase en pie con los
pies un poco separados, las puntas hacia delante. Levante ambos brazos frente a
sí y hasta que estén paralelos al suelo. Haga ahora un giro de cintura a la
izquierda, lo máximo que pueda, y señalando con el dedo. Fíjese en el punto de
la pared a donde apunta su dedo, para que le sirva como referencia de la máxima
torsión alcanzada. Ahora vuelva a la posición inicial, cierre los ojos y repita
mentalmente el giro, sólo que imaginando que esta vez la torsión llega mucho
más lejos. Ahora abra los ojos y realice físicamente lo que había imaginado.
Observe lo que ocurre. ¿No ha llegado más lejos esta vez? Naturalmente. Se ha
creado una realidad externa por el procedimiento de programar previamente el
cerebro para inducirle a rebasar su límite.
Imagine que va a hacer lo mismo con su vida. A partir de ahora, usted será el creador de su vida tal como lo desea. Normalmente el la vida sólo había llegado usted a tal y tal punto, pero ahora se va a crear en su mente una realidad superior a cuanto haya experimentado en su pasado. Y luego pasaremos a exteriorizar esa realidad interna.
1. empiece por un inventario
de sus sueños, de las cosas que desea tener, hacer, ser y compartir. Es
cuestión de crear las personas, los sentimientos y los lugares que uno desearía
formaran parte de su vida. Siéntese ahora mismo, tome su papel y póngase a
escribir. La clave consiste en comprometerse a no dejar de mover el bolígrafo
durante un tiempo no inferior a diez o quince minutos. No intente definir de
antemano cómo se llegará a ese resultado. Escríbalo. No hay límites. Abrevie
cuanto le sea posible a fin de pasar en seguida al objetivo siguiente. Que el
bolígrafo no deje de escribir ni un solo instante. Tómese en tiempo necesario
para redactar una relación extensa de las salidas relacionadas con el trabajo,
la familia, las relaciones, los estados mentales, emocionales, sociales,
materiales, físicos, etcétera. Considérese como un rey. Recuerde que no hay
nada que no esté a su alcance. Conocer el desenlace es la primera clave para
llegar a él.
Otra clave para establecer metas
y objetivos es jugar. Deje vagar su mente con libertad. Las limitaciones que
tenga usted son las que usted mismo ha creado. Escriba su lista ahora mismo.
2. Repase la lista que acaba
de escribir y calcule cuándo piensa alcanzar esos desenlaces: dentro de
seis meses, dentro de un año, de dos años, de cinco, de diez, de veinte.
Conviene definir el marco temporal en que se mueve uno. Vea cómo ha quedado su
lista ahora. Algunas personas descubrirán que predominan en su lista las cosas
que han de cumplirse inmediatamente; otros verán que sus mayores deseos sitúan
en un futuro lejano, en una época imaginaria y distante de plenitud y
satisfacción totales. Si todos nuestros objetivos son a corto plazo, convendrá
definir algunas etapas intermedias que nos vayan marcando la dirección hacia la
que pensamos caminar.
3. Seleccione los cuatro
objetivos que más considere importantes para el año en curso. Escoja lo que
más le interese y estimule, aquello cuyo cumplimiento le proporcionaría la
mayor satisfacción. Ahora escriba por qué esta completamente decidido a
conseguirlo. Que sean razones claras, concisas y positivas. Dígase a usted
mismo por qué está seguro de poder conseguirlo y qué importancia tiene
conseguirlo.
Si somos capaces de hallar
razones suficientes para hacer algo, tendremos el móvil para emprender
cualquier cosa. La decisión de hacer algo es un motivador mucho más poderoso
que el propio objetivo perseguido.
El que tiene razones suficientes
puede hacer casi cualquier cosa en este mundo.
4. Ahora que tiene usted una
relación de sus metas principales, compárela con las cinco reglas para la
definición de desenlaces. ¿Están expresadas en modo afirmativo? ¿Contienen
las especificaciones sensoriales? ¿Se dispone de un procedimiento de
verificación? Describa lo que sentirá usted cuando haya obtenido el éxito. En
términos sensoriales exactos, ¿qué verá, oirá, sentirá y olerá? Vea también si
puede responsabilizarse de todos sus objetivos: ¿son ecológicos y deseables
para usted mismo y para los demás?
5. Haga una lista de los
recursos principales de que dispone. El que emprende una construcción
necesita saber que herramientas tiene. Lo mismo usted debe hacer para construir
una visión poderosa de su futuro. Así pues, póngase a escribir una lista de lo
que cuenta a su favor: los rasgos de carácter, los amigos, los recursos financieros,
la formación, el tiempo, las energías, todo. Se trata de un inventario de
nuestros puntos fuertes, nuestras aptitudes, nuestros recursos y herramientas.
6. Recuerde las épocas en las
que utilizó usted más habitualmente algunos de esos recursos. Retorne a las
tres o cuatro ocasiones de su vida en que conoció usted un éxito completo, bien
en el campo profesional, en los deportes o en el ámbito financiero. Puede ser
cualquier cosa, desde una gran jugada de bolsa hasta una maravillosa tarde en
compañía de sus hijos. Escríbalo. Describa lo que hizo para que fuera un éxito,
qué cualidades o recursos puso en marcha y que rasgos de la situación le
hicieron pensar que fue un éxito.
7. Describa que clase de persona debería usted llegar a ser para conseguir esas metas que se ha propuesto. ¿Se necesitaría mucha disciplina, o mayores conocimientos? ¿tendrá que aprender a administrar su tiempo? Por ejemplo, si ambicionara convertirse en un líder publico realmente influyente, describa que tipo de persona consigue verdaderamente hacerse elegir y ejercer una influencia verdadera sobre un gran número de sus conciudadanos.
Deténgase y escriba un par de
párrafos o una página, sobre todos los rasgos de carácter, las aptitudes, las
actitudes, las creencias y las disciplinas que, a su modo de ver, debería
poseer como persona para obtener todo lo que desea. Tómese su tiempo para
hacerlo con todo al detalle.
8. Escriba en pocos párrafos
qué le impide ahora mismo alcanzar las cosas que desea. El camino para
superar las limitaciones que usted mismo ha creado pasa por saber cuales son.
Haga una disección de su personalidad para averiguar qué le retiene. ¿Es la
inexistencia de un plan? ¿Es la falta de acción pese a haber formulado planes?
¿Intenta usted emprender demasiadas cosas al mismo tiempo, o se fija demasiado
en una sola cosa, de manera que pasa por alto las demás?
Es indispensable continuar hoy
mismo con ese análisis retroactivo hasta encontrar lo que podemos hacer hoy
mismo para fomentar la consecución de ese objetivo. Lo que podríamos hacer hoy
mismo quizá consista en abrir una cuenta de ahorros, o en adquirir un libro que
nos explique algunas estrategias financieras de los triunfadores de nuestra cultura.
9. Tómese el tiempo para
examinar cada uno de sus cuatro objetivos principales y crear el primer
borrador de un plan paso a paso para conseguirlos. Recuerde hay que empezar
por la meta y plantearse: ¿qué debo hacer primero para llegar a esto?, o ¿qué
me impide tenerlo ahora mismo, y en que debo modificarlo? Asegúrese de que sus
planes especifiquen alguna cosa por la que pueda comenzar hoy mismo.
10. Plantéese varios modelos. Lo
mismo valen personas de la vida real que los famosos que han obtenido grandes
éxitos. Anote los nombres de tres, cuatro o cinco personajes que hayan
alcanzado lo que usted desea, y defina en pocas palabras las cualidades y los
comportamientos que hicieron de ellos unos triunfadores. Hecho esto, cierre los
ojos e imagine que cada una de estas personas va a darle un consejo que le
ayudará a conseguir sus objetivos. Escriba una idea principal que cada uno de
estos ejemplos podría darle si tuviera ocasión de hablar con ellos
personalmente. Quizá se trate de cómo evitar un obstáculo habitual, o cómo
superar una limitación, o de cosas que le conviene atender o prestar atención.
Imagine que hablan con usted y anote bajo el nombre de cada uno la primera idea
que se le ocurra respecto a lo que le dirían.
Ahora que tenemos una representación interna clara sobre adónde queremos ir, podemos ahorrar tiempo, energía y desvíos por caminos equivocados gracias al ejemplo de los que triunfaron antes. ¿Dónde están los que pueden servirle de modelos en su vida? Encontramos recursos en los amigos, la familia, los líderes, las celebridades.
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Ahora piense en esas metas que ha escrito
hoy. Fórmese la imagen de lo que sería usted si hubiera conseguido ya todo lo
que hoy ha imaginado.
11. Es muy bonito tener metas
diferentes de todas clases, pero aún lo es más el concebir lo que para uno
significan todas ellas en conjunto. Vamos a crear nuestro día ideal. ¿Quiénes
intervendrían en él? ¿Qué estaría usted haciendo? ¿Cómo comenzaría? ¿Adónde
iría? ¿Dónde estaría? Pase revista a todo, desde el momento de levantarse hasta
el momento de acostarse. ¿Cuál sería su ambiente? ¿Cómo se sentiría usted en el
momento de ir a acostarse al final de una jornada perfecta? Use papel y lápiz y
descríbalo en detalle. Recuerde que todos los resultados, acciones y realidades
que experimentamos tienen su origen en las creaciones dentro de nuestro
cerebro, así que póngase a crear ese día tan anhelado.
12. Diseñe su ambiente
perfecto. Voy a pedirle que agudice el sentido de la localización. Deje en
libertad su mente. No hay limitaciones. Ponga todo lo que quiera; recuerde que
ha de pensar como un rey. Dibuje el ambiente que le ayudaría a revelar lo mejor
de sí mismo como persona. ¿Dónde se situaría usted: en la montaña, en el
océano, en un despacho? ¿De qué medios se serviría: de una paleta de pintor, de
un ordenador, de un teléfono? ¿De qué clase de personas se rodearía para que le
ayudarán a conseguir y crear todo cuanto desea en la vida?
Pensar es la tarea más dura que
existe; por eso, probablemente, son tan pocos los que se dedican a ella. Henry
Ford.
Usted no puede alcanzar su meta
si no sabe cuál es. Del presente capítulo debe ser claro por lo menos esto: los
resultados son inevitables. Si no suministramos a nuestra mente una
programación de los resultados que desea, otros le suministrarán una
programación distinta.
Una de las razones de que la
mayoría de la gente no triunfe en la vida es que el éxito suele ocultarse tras
un volumen importante de trabajo duro.
Es importante también revisar con
regularidad nuestras metas. Algunas veces cambiamos, pero nuestras metas siguen
siendo las mismas porque no nos hemos parado a pensar si todavía deseamos crear
los mismos desenlaces en nuestras vidas. Hay que actualizar sistemáticamente
las metas cada pocos meses, y en todo caso una o dos veces al año. Llevar un
diario suele ser útil a este efecto, ya que suministra un registro permanente
de nuestras metas en cada momento de nuestra vida. También es buena práctica
releer el diario para estudiar la evolución de la existencia y en qué sentido
ha evolucionado uno mismo. Si vale la pena vivir la vida, también vale la pena
dejar constancia de ella.
Haga una lista de las cosas que ya tiene, y que fueron objetivos en otro tiempo: todas las cosas de su día ideal que ya están a su alcance, las actividades y las personas de su vida que más agradece, los recursos que ya dispone. A esto le llamo “el diario de gratitud”.
Gabriel Ortiz G.
Consultor de empresas
consultoria.orp@gmail.com
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