lunes, 6 de noviembre de 2023

Reseña "Mini Hábitos como lograr grandes resultados con el mínimo esfuerzo" libro del mes

Estamos ya en el mes de noviembre a un suspiro de terminar un año más, y a este mes le toca el turno al libro "Mini hábitos" de Stephen Guise. Creo que es una buena lectura para tenerla muy en cuenta si quieres lograr esas metas que te pusiste a inicio del año y que tal vez quedaron en el abandono un o dos meses después.

Si es ese tu caso no te preocupes, todos hemos caído en ello alguna vez, es más en mi caso sigo callendo todavía a pesar de todo lo que hago por evitarlo. Pero me di cuenta que lo importante es lograr conseguir lo que más impacto tendrá en mi vida si lo logro.

Este libro me gustaría haberlo leído hace algunos años, creo que me habría ayudado mucho a no claudicar en mis intentos por lograr mis objetivos.


La metodología de los mini hábitos es muy simple pero considero que es muy poderosa, ya que el autor nos cuenta como nació esta. Narra que siempre tuvo dificultades para hacer ejercicio pero un día decidió que solo haría una flexión (en México las llamamos lagartijas), al ponerse está meta tan fácil supo que era imposible no lograrla, se decidió a hacer una flexión, se tendió en el piso y la hizo, pero no hizo una sola, sino que logro hacer varias aunque le dolían todos los músculos en ese momento por la falta de condición física, después logro completar media hora de ejercicios. 

Está idea que nos presenta el autor es la columna vertebral del libro ya que todo se reduce a qué si te pones como meta lo mínimo posible para realizar como el mismo lo dice, escribir cincuenta palabras al día, leer dos páginas de un libro al día y así todo reducirlo al mínimo, será casi imposible que falles.

En lo personal me puse la misma meta de escribir cincuenta palabras al día y por muy cansado que esté o con la agenda llena, siempre tengo el tiempo de escribir cincuenta palabras al día, ya sea para mi libro o para mis blogs, ya que tengo este sobre libros y tengo otro sobre bienes raíces.

Esto me ha permitido ser constante en publicar más seguido que antes y sobre todo que casi siempre termino escribiendo mucho más que cincuenta palabras al día.

A continuación pondré tal cual aparece en el libro como nació lo de una flexión:

 ¡Qué pensamiento tan lamentable! <<Con una flexión de brazos no voy a conseguir nada. ¡Tengo que hacer mucho más esfuerzo que eso!»>, pensé. Pero cada vez que acudía de nuevo a mi primer plan, no podía hacerlo. Cuando me hube cansado de fracasar en el intento de realizar una tabla de ejercicios de treinta minutos, pensé: «Lo que sea, voy a hacer una flexión». Me eché al suelo, hice una flexión y la vida me cambió de veras.

Cuando me levanté, me di cuenta de que era exactamente el mismo inicio que el de una tabla real de ejercicios de treinta minutos: hice la flexión, mis hombros crujieron, noté que mis codos necesitaban lubricante, me sentí como si mis músculos estuviesen despertando de una siesta de veinticuatro años de duración. Pero hice más sin detenerme, ya que estaba en la posición indicada. Cada flexión era dolorosa para mis músculos sin utilizar y para mi obstinado cerebro sin concienciar.

Cuando me puse en pie, llegué a la conclusión de que eso era mejor que nada; pero aún me sentía con ganas de abandonar en ese momento. Entonces tuve la idea de preparar otro reto pequeño. Era demasiado fácil como para rechazarlo. Coloqué mi barra de tracción e hice una repetición; luego realicé unas cuantas más. «Llamativo -pensé-; esto es difícil, pero no tanto como me lo imaginaba».Los músculos se me estaban calentando. Mi motivación para continuar había aumentado, sin duda, pero era ya tan baja para empezar (y yo estaba tan bajo de forma) que todavía sentía muchísima resistencia interna. Seguí con la misma estrategia, reduciendo todo al mínimo necesario para poder continuar. Durante una sesión de flexiones en mi tanda de ejercicios, había preparado siete micro objetivos: «Conforme, una más; conforme, dos más; y ahora, otra más». Cada una de las veces que me provocaba a mí mismo con un reto facilísimo, lo cumplía o hacía de más. Me senti bien por cumplir un objetivo para variar.Al terminar había realizado ejercicio durante veinte minutos y me sentía estupendamente por ello. Generalmente, en este momento de mis ejercicios habría completado un video de diez minutos con ejercicios de abdominales. Cuando me pasó esa idea por la cabeza, mi cerebro rápidamente la derribó como a un pájaro digital en el videojuego Caza de patos, diciendo: «Te has divertido, pero no fuerces la suerte». Es probable que adivines lo que hice después.Me decidí a colocar en el suelo mi colchoneta de ejercicios. Mi cerebro lo aceptó. Luego, decidí encontrar un vídeo de abdominales. Mi cerebro también lo aceptó. A continuación me decidí a apretar el botón de encendido. Diez minutos después, mis abdominales estaban que ardían. Es importante tomar nota de que estas decisiones fueron escalonadas. En ningún momento se me pasó por la cabeza que tuviese que aguantar el peso de tener que completar un programa de diez minutos haciendo abdominales; si eso hubiera ocurrido, no lo habría hecho nunca.Al día siguiente, había transformado una flexión de brazos en unos imposibles treinta minutos de ejercicio. Escribí The One Push-up Challenge, que acabó convirtiéndose en una de mis publicaciones más populares hasta la fecha. Todavía recibo mensajes de personas que me dicen que les ha ayudado a practicar ejercicio físico sistemáticamente.

Así es como lo plantea textualmente el autor del libro. 

Cómo lo dije anteriormente este es un libro que recomiendo ampliamente, espero que lo puedan comprar y analizar profundamente, estoy seguro que obtendrán grandes beneficios al aplicar las enseñanzas que ahí se plantean.

Espero ver sus comentarios y opiniones al respecto de este contenido y también me gustaría saber cuáles son los libros que les gustaría que hablará en este blog, creo que eso ayudaría a qué crezca está comunidad.

Enlaces a lecturas recomendadas:

Análisis del libro Piense y Hágase Rico 

Cómo combatir la mentalidad Del Algún Día 

Soy Gabriel Ortiz G.

Consultor y lector

consultoria.orp@gmail.com

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